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EL PODER DE LA RETRIBUCIÓN


Sandra García retribuye a su Tribu Correcta al dar a los demás y a su comunidad.

Sandra María García es el producto de lo que en las áreas de las Blue Zones se conoce como "el Poder de la Tribu Correcta", cuyos integrantes siempre estuvieron ahí para ella en su juventud. García, la presidenta estatal electa de la Red de Mujeres Hispanas de Texas (Hispanic Women’s Network of Texas, HWNT) nació en Durango, México, y vino a Fort Worth a la edad de siete años. "En aquel entonces, el distrito escolar de Fort Worth no permitía que los inmigrantes indocumentados asistieran a la escuela", cuenta. Su familia y otras personas fueron acogidas por una iglesia, y las monjas la prepararon para la transición a la escuela y a un salón de clases normal. "Fui una de las primeras alumnas indocumentadas en ser aceptada", señala García. "Tenía nueve años y estaba en el tercer grado en 1980".

García fue una beneficiaria de la Ley de Reforma y Control de la Inmigración, firmada en 1986 por el entonces presidente Ronald Reagan, la cual abrió un camino hacia la ciudadanía. García obtuvo la ciudadanía estadounidense en 1998. Desde 2009, en su trabajo tanto a nivel local como estatal con la HWNT, García ve casos de estudiantes de secundaria y de nivel universitario que enfrentan desafíos al tener padres inmigrantes o al ellos mismos ser inmigrantes.

Como presidenta electa de la HWNT, García está recibiendo capacitación para gestionar siete capítulos en todo el estado, entre ellos el capítulo de Fort Worth, al cual ha pertenecido desde 2009. García dice que encontró su Propósito, otro principio Power 9 de las Blue Zones, en Latinas in Progress (LIP), un programa educativo y de mentores para jóvenes hispanas cuyo capítulo de Fort Worth ha tenido el honor de dirigir. "Tenemos el programa de LIP más grande del estado", señala. "Tenemos una sesión mensual durante seis meses, visitamos universidades y ayudamos a las jóvenes hispanas a solicitar asistencia financiera". El programa LIP también se enfoca en los desafíos únicos a los que se enfrentan las jóvenes hispanas. "Les enseñamos cómo postular a la universidad y cómo sobrevivir en ella, cómo comunicarse en persona y por escrito, cómo escribir ensayos para las universidades y cómo pedir ayuda en temas de salud física y mental".

García conoce muy bien las necesidades de las jóvenes del programa de mentores. "Sé que una participante que se graduará en 2021 perdió a su madre a causa de la COVID-19", cuenta. "La salud mental es muy importante para nosotras. Una de mis parientes tuvo un ataque de ansiedad en TCU mientras estaba haciendo su maestría. Solo puedo imaginarme cómo le iría a una estudiante de primer año de universidad". García es consciente del desafío de terminar la secundaria durante la cuarentena y el aislamiento. "Los problemas tecnológicos son problemas de equidad", indica. "Yo tuve que actualizar mi sistema cuando me mandaron a trabajar desde casa. En el caso de los niños, ¿cómo pueden hacer para pagar $60 al mes para tener una mejor conexión a internet?"

García, quien ha sido empleada de la Ciudad de Fort Worth desde hace más de 35 años, actualmente trabaja como analista de presupuestos. Ha trabajado para la ciudad desde 1985 a través de una asociación que la ciudad tenía con su escuela secundaria para brindar formación vocacional a los estudiantes. "Trabajé ahí durante los veranos y a medio tiempo durante el año escolar a cambio de créditos", cuenta. García reconoce el papel que desempeñaron sus profesores al animarla a recibir una buena educación y a obtener un trabajo en el gobierno. Inicialmente empezó sus estudios en TCU, pero le pareció que era "demasiado grande" para ella. Por esta razón, asistió a TCC y luego a Texas Wesleyan University. "Me tomó 12 años, pero terminé", cuenta. "No importa cuánto tiempo te tome obtener ese trozo de papel", afirma. "Lo único que importa es que obtengas tu título". Más adelante, regresó a TWU para una Maestría en Gestión.

García empezó a participar en el Blue Zones Project cuando trabajaba como defensora y coordinadora para su empleador. En su condición de diabética, García entiende la necesidad de Moverse Naturalmente, algo que, según dice, ha sido difícil a causa de la COVID-19. "Paso todo el día sentada y puedo sentirlo", dice. Es consciente de la importancia de hacer ejercicio 30 minutos al día y dice que ha estado "retomando el ritmo" a medida que más lugares están volviendo a abrir.

El año pasado pudo retribuir a su Tribu Correcta a través de la acción social. "Mi código postal tuvo los peores recuentos de COVID-19 en todo el Condado de Tarrant", señaló. "Solicitamos mascarillas, desinfectante para manos y guantes gratuitos en todos lados y organizamos donaciones sorpresa" con la ayuda de estudiantes de LIP para la distribución. García reconoce el papel de Teresa Ayala, miembro del Consejo Directivo de TCC, y de Roxanne Martínez, líder de negocios locales y de la comunidad, como sus aliadas para el aprovechamiento de los recursos para personas que viven por debajo de la línea de pobreza. Gran parte de la distribución de suministros tuvo lugar en el vecindario de Diamond Hill Jarvis. "En aquel entonces era imposible encontrar desinfectante para manos", cuenta. "Así que armé una pequeña despensa que abastecí con productos de Sam’s. La gente necesitaba pan, carne y frijoles". Dar el regalo de la esperanza en el área donde creció es una gran parte del Propósito de García.